Después de 4 días intensos recorriendo la Quebrada (como ya conté acá y acá) dejamos Tilcara con un poco de tristeza, sabiendo que posiblemente pasaría mucho tiempo antes de que volviéramos a Jujuy. No porque no quisiéramos volver en cada vacación, fin de semana largo o escapada, sino porque hay otros muchos lugares de la Argentina que queremos conocer.
Enfilamos para nuestro último destino de este viaje. Una hostería en el medio de la nada, a unos pocos kilómetros del pueblo de Volcan y a 20km de Purmamarca. Vas por la RN9 y en el km 1729 aparece este cartel.
Abrir la tranquera y hacer esos km de ripio con las montañas de fondo. Ser recibido por un yuyal amarillo impresionante, algunas cabras, burros y llamas. Y la certeza de que no vamos a dejar pasar tanto tiempo para volver a este lugar.
Teníamos pendiente conocer Rumiyoc desde hace tiempo, cuando una conocida de #marido posteó unas fotos en facebook de su estadía allí. Intentamos alojarnos acá en el viaje anterior, pero no había lugar cuando reservé. Esta vez averigué con tiempo para pasar 2 noches. Pero me colgué un poco con la confirmación y cuando lo hice ya sólo tenían disponible una noche. Como una es mejor que cero, reservé, señé y me quedé tranquila que esta vez si íbamos a poder comprobar si esas fotos increíbles que veía correspondían a la realidad.
El lugar es tan increíblemente lindo para donde lo mires, que si la cámara de fotos se te cae y se te dispara en el golpe contra el piso, sale un fotón! Sacamos miles. Me costó un poco seleccionar las fotos, pero acá van:
Esta es una panorámica del lugar. 50 hectáreas de verde y montañas. Pasto bien verde, construcciones de piedra. Un espacio donde está el disco para cocinar, una parrilla, mesa y sillas para comer ahí si el clima acompaña (no fue nuestro caso, je).
Para donde mires encontrás algún detalle. El color está ahí todo el tiempo. Sillas y mesas para sentarte a hacer nada, o tomar un mate, o jugar a las cartas. Esa increíble casita rodante intervenida por un artista que estuvo de visita. El detalle de los flecos en la lata con suculentas. Todo, absolutamente todo te hace querer quedarte a vivir ahí para siempre.
Si en la recorrida por los jardines te cansás, siempre está la opción de sentarte en una reposera a mirar las montañas.
Y si te tentás mirando el botecito, podes irte a remar con tu hija. O con quien quieras. O solo.
Si mientras marido e hija reman te vas a dar una vuelta por ahí, podés encontrarte que alguien dejó un mensaje en el pasto escrito con flores.
No. No fue #marido que quiso darme una sorpresa. Ya estaba ahí. Pero para mí fue un mensaje del universo.
Después de la remada, te vas a caminar un rato más hasta encontrarte con un grupete de llamas que, como vos, disfrutan del paisaje. Las envidio un poco, viviendo ahí todo el tiempo.
Esos yuyales, por favorrrrrr!!!! Y las nubes que suben y bajan como en ascensor.
No sabemos como se llama, pero para nosotros es la llama-Bowie.Sacamos fotos, muchas fotos mientras nos hacíamos amigos, o algo parecido.También salimos a hacer un poco de trekking. La montaña es re amigable, vas caminando tranqui y como quien no quiere la cosa llegás bastante arriba! #hijamayor seguía medio afiebrada, así que pegamos la vuelta y juntamos algunas flores silvestres (me traje un ramo en el avión!). Los otros dos integrantes de la familia siguieron subiendo e hicieron cumbre! Ahí se los ve, saludando. Los ven? No, claro. Por eso puse el circulito amarillo, je.
Como la caminata cansa, nada mejor que ir a descansar a la sala de estar. Cálida y llena de detalles, decoración absolutamente andina con tremenda onda!
Mejor aún si te tomás un té, o unos mates, acompañados de algún rico budín casero que quedó del desayuno.
Muchísimo mejor todavía si te encontrás con Joaquín y Luz, los anfitriones. O con Rodrigo, su ayudante/mano derecha, que te cuentan la historia del lugar, un montón de anécdotas o la historia de la familia de Rodri, que viven en un pueblo en lo alto de la montaña al que sólo se llega después de 12 horas de caminata. Si, 12 hs!
Panza llena y corazón contento, otra vuelta por el lugar hasta llegar a las vides que plantaron hace unos años, porque sueñan con algún día hacer sus propios vinos. Y yo quiero ir a probarlos! Si hacen esos vinos con el mismo amor y cuidado que hacen las comidas y preparan los desayunos, no hay manera de que no sean absolutamente ricos.
Podés estar días enteros disfrutando del paisaje, pero si te dan ganas de descansar un rato podés buscarte un libro y acomodarte en la terraza mirando las montañas así.
O podés entrar a tu cuarto es casi tan lindo como estar afuera.
Entendí porque era tan difícil encontrar lugar. Son sólo 3 habitaciones, que pueden alojar hasta un máximo de 11 personas por noche. Los cuartos son tan lindos y estan tan llenos de detalles como todo lo demás. Pero lejos, mi favorito, son las bolsas de agua caliente con fundas de aguayo. O las botellas y vasos para tomar agua de la vertiente. O la rama que hace de porta-papel! No, definitivamente no puedo elegir un favorito.
Vamos a volver a este lugar cada vez que se pueda. O al menos seguiré mirando las mil fotos que sacamos, una y otra vez. Pero prefiero volver!
Si ya están pensando en ir, algunos datos:
El lugar es perfecto para alojarse y disfrutar cada momento del día o de la noche. Pero también se puede ir a pasar el día.
Está en el medio de la nada, asi que podés comer algunos de lo manjares que cocinan allí o llevarte tus provisiones y usar la cocina.
No hay internet ni TV, lo cual es casi una bendición. Pero tienen una sala de video con montones de películas y libros.
www.rumiyoc.com.ar
www.facebook.com/rumiyoclugardepiedra
Ayyyy Flor, quiero ir ahì YA!!!! Qué belleza de lugar y tus fotos ... muuuy hermosas!!! Yo que soy loca por los detalles me la pasaría dando saltitos todo el día, y después a correr en esos yuyales con las llamas; y subir al cerro, y navegar en el lago y toooodo. Sin dudas, había ahí un mensaje para vos :)
ResponderBorrarGracias por compartirlo!! Beso grande
qué lindo lugar Flor!!! Me encantaron las fotos! La vista que tiene es increíble y esas construcciones de piedra, esas flores silvestres... todo todo lindísimo! Qué bueno conseguiste lugar esta vez y lo pudieron disfrutar tanto! Besos!
ResponderBorrarYa se los dije, pero no paro de repetirlo... no dejen de visitar Rumiyoc en algun próximo viaje al Norte Vero y Li, es lo MAS!
ResponderBorrarFlor!!! me mori!!! amo el norte por un montón de cosas..... afectos, paisajes, la gente.. tan calida.... todo es tan lindo tus fotos increibles!!!!! mmmmm siempre tengo mil lugares pendientes.. y ahora tengo uno mas!! divino flor, beso grande
ResponderBorrarNo dejes de pasar por acá en algún próximo viaje Ana, te vas a morir de ❤️
Borrarpa cuando me retire del mundo... o del resto de él
ResponderBorrar😜
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